Brasil, un socio inesperado
A pesar que el petróleo se disparó en los últimos meses, Uruguay podrá conservar el valor de la nafta, al menos hasta enero.
La crisis que atraviesa Brasil en materia de abastecimiento energético, con empresas hidroeléctricas que apenas alcanzan a un 60 por ciento de la demanda en el país (embalses secos), ha hecho que ese gigante sudamericano, haya tenido que apelar a socios como Uruguay.
Según analistas, esta crisis solo puede igualarse a las sequías que azotaron a Brasil en 1930, con serias consecuencias.
EL AMAZONAS
El avance de la deforestación del Amazonas, cuyo ecosistema único genera los denominados “ríos voladores” desencadenantes de las lluvias que luego alimentan las cuencas de los ríos y los embalses de las hídricas, sería uno de los motivos principales de la falta de agua.
La situación, llevó a que el gobierno de Jair Bolsonaro debiera contratar energía a Uruguay, para justamente suplir una parte de ese 40 por ciento de faltante, una operación que desde hace al menos dos meses le viene generando a UTE importantes ganancias, que naturalmente no estaban dentro de las previsiones y por las que el director de OPP, Isaac Alfie, le solicitó un aporte “extra” a rentas generales de 116 millones de dólares, que fuera aprobado por el directorio del ente energético estatal.
En este escenario el gobierno de Luis Lacalle Pou, decidió no aumentar los combustibles, tomando como base la exitosa operación de UTE con Brasil, con recursos que no estaban en los planes presupuestales, de los que una parte se utilizaron para “subvencionar” el combustible, que ya debería haber subido (URSEA mediante) unos 4 pesos para el caso de la nafta Súper 95.
¿PORQUÉ NO SUBIÓ EL COMBUSTIBLE?
La exportación de energía (en este caso a Brasil) requiere de fuentes constantes que aseguren al comprador la entrega, algo que solamente las centrales térmicas pueden garantizar, que son movidas a Gas Oil.
Precisamente ese combustible, fue comprado por parte de UTE a ANCAP, generándole al ente uruguayo del petróleo un ingreso extra, que volcó a mantener los precios de los combustibles (unos 10 millones de dólares).
En este escenario, le directorio de ANCAP informó al gobierno que en base a esa ganancia no planificada, podría mantener el precio de (por ejemplo) un litro de Nafta Súper 95 a un precio al público de $ 70.41.
En realidad, la URSEA indicaba que ANCAP debía percibir por un litro de este producto $ 31.80, aunque en realidad al no subir el precio siguió recibiendo $ 29.16.
La brecha entre ambos precios fue subvencionada por los beneficios extraordinarios ante la venta de Gas Oil a UTE.
ENERO Y FEBRERO
Con respecto a diciembre y enero, la lógica y la tendencia del petróleo Brent, estarían indicando (como ya adelantó Surtidores) que los precios se mantendrán en diciembre, y muy posiblemente se vea una baja en los surtidores, para el primer mes del año.
Fuentes en Brasilia, aseguraron a Surtidores que la situación podría extenderse hasta el primer trimestre de 2022, siempre y cuando las lluvias lleguen y llenen los embalses, pero por el momento Brasil seguirá comprándole a Uruguay toda la energía que este le pueda vender.
Con WTI por debajo de los 80 dólares, los precios tampoco registrarían cambios en diciembre.
ANCAP subvenciona la estabilidad en los surtidores. ¿Podrá mantener esa decisión el mes próximo?
Las ganancias de la petrolera se utilizarán para frenar las subas provocadas por el alza del crudo.