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Este fin de semana puede convertirse en una plataforma de fidelización, ventas y experiencias memorables.
Como cada 24 de agosto, Uruguay se detiene para vivir una celebración que es solo suya: “La Noche de la Nostalgia”. Para este año se espera que más de un millón de personas participen en fiestas privadas, discotecas, clubes de barrio y grandes salones, todos con la misma banda sonora: los clásicos de los 70, 80 y 90.
En las calles, familias que van a encuentros, jóvenes rumbo al Este, amigos que vuelven a sus barrios de siempre para bailar juntos. Además esta jornada se encuentra seguida por el feriado del 25 de agosto, Día de la Independencia.
Este orgullo nacional que une a todos, puede presentarse como una oportunidad. En diálogo con Surtidores Uruguay, la especialista en marketing estratégico, Laura Crespi, sostuvo que este contexto es inmejorable para el sector.
“Las emociones ya están instaladas. La gente está predispuesta a celebrar, a encontrarse, a sentirse parte. Las estaciones tienen un lugar privilegiado en ese mapa, porque son espacios de paso, de encuentro y de cercanía. Con gestos simples pueden transformarse en protagonistas de estas fechas”, expresó.
Con 473 puntos de carga activos, presentes en todo el territorio, la oportunidad está al alcance de cada boca. No se trata de grandes presupuestos, sino de creatividad aplicada a lo cotidiano. Es por ello que la experta, brindó 7 claves de marketing emocional para aprovechar al máximo estas fechas:
Los recuerdos compartidos son una llave poderosa. Una playlist retro en la tienda, un pizarrón con frases clásicas o un guiño a los 80 en la ambientación pueden hacer que la experiencia de cargar combustible se convierta en un momento memorable.
El tránsito de la madrugada del 25 siempre es intenso. Un café o una botella de agua gratis para el conductor designado no solo refuerza la seguridad vial: también transmite que la estación cuida a su gente.
Un “Combo Nostalgia” (café + bizcochos) le ponen historia y emoción a la venta. No se trata de lo que se consume, sino de cómo se lo nombra y se lo ofrece.
Un 2×1 en café durante la noche o descuentos especiales en bebidas sin alcohol pueden enmarcarse en mensajes que apelan al cuidado colectivo: “Para que la fiesta siga, asegurate un regreso seguro”. La promoción es comercial, pero el trasfondo es emocional.
El personal es la cara más visible de la estación. Una foto del staff con vinilos, gafas retro o sosteniendo la bandera celeste puede viralizarse en redes y, sobre todo, transmitir autenticidad y orgullo de pertenencia.
No se necesita un gran despliegue. Un simple posteo en redes con un guiño nostálgico o un saludo patrio ya suma presencia. Lo importante es mostrar que la estación también está celebrando con su comunidad.
Más que improvisar, se trata de planificar. Fechas como la Noche de la Nostalgia u otro significante (como el día de la Independencia que es el día posterior 25/8) deberían estar en la agenda de marketing de todos los emblemas.
Para Crespi, estas fechas dejan en claro que el marketing emocional no es un accesorio, sino el corazón de la fidelización y el crecimiento: “Cuando la gente ya está predispuesta a emocionarse, el trabajo es acompañar. Una Estación de Servicio que logra motivar se convierte en algo más que un punto de paso: pasa a ser parte de la memoria y de la vida de la comunidad”.
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