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El nuevo presidente del Directorio señaló que los biocombustibles producidos por la compañía ya generaron un ahorro de 130 mil toneladas de CO₂ y anticipó que la empresa seguirá innovando para fortalecer la transición energética de Uruguay.
Alcoholes del Uruguay, subsidiaria de ANCAP, designó como nuevo presidente del Directorio al ingeniero Marcelo Sadres, quien es ingeniero químico egresado de la Universidad de la República, con un Diploma de Especialización en Ingeniería de la Energía, una maestría en Hidrología y Gestión de Recursos Hídricos (Universidad de Alcalá de Henares, España) y un máster en Dirección de Proyectos Internacionales (Universidad Isabel I).
En entrevista con Surtidores, definió a ALUR como “una empresa clave dentro del grupo ANCAP, que ha contribuido a alinear procesos y enfoques estratégicos, consolidándose como plataforma de lanzamiento y brazo articulador de programas e iniciativas”.
ENERGÍA Y DIVERSIFICACIÓN
El nuevo titular subrayó que ANCAP “incorporó en su misión y visión la diversificación de procesos y, en particular, las energías renovables”. Recordó que ALUR sostiene la producción de biocombustibles, lo que permite que el combustible que hoy llega a los consumidores uruguayos “tenga una menor huella ambiental”.
Asimismo, valoró la capacidad innovadora de la empresa, “que impulsó nuevas materias primas y productos, incluso posicionándose en mercados internacionales”. Según Sadres, ALUR conecta la producción energética con la agroindustrial y habilita el desarrollo territorial al incorporar nuevas cadenas de valor en zonas rezagadas del país.
IMPACTO SOCIAL Y LABORAL
Actualmente la compañía emplea a más de 600 personas y, si se considera toda la cadena productiva, la cifra asciende a unas 4.000 vinculaciones directas e indirectas. “El rol de ALUR trasciende lo económico: también es social y ambiental, porque genera empleo, fortalece la seguridad energética y diversifica la matriz del país”, destacó Sadres.
Respecto al escenario global, reconoció que “la transición energética es un hecho en marcha, pero se enfrenta a dinámicas que generan incertidumbre. Los países del norte han redirigido recursos hacia otras prioridades, lo que genera tensiones en la agenda global”.
No obstante, sostuvo que los biocombustibles forman parte central de esta transición, al haber demostrado ser una medida eficaz de mitigación. “Han permitido reducir emisiones en el transporte sin requerir cambios tecnológicos drásticos en la flota vehicular. A futuro, con nuevos cultivos y vectores energéticos, podrán desempeñar un rol aún más protagónico”, aseguró.
DESCARBONIZACIÓN
El nuevo presidente de ALUR, remarcó que el aporte de su dirigida a los compromisos ambientales de Uruguay es significativo: en el último año móvil la incorporación de biocombustibles evitó la emisión de 130 mil toneladas de CO₂, lo que equivale a retirar de circulación unos 46.000 vehículos.
Agregó que, de reincorporarse un 2,5 por ciento de biodiésel al gasoil, se sumarían 50 mil toneladas adicionales de ahorro. Incluso, apuntó que estudios internacionales muestran que “el bioetanol uruguayo podría llegar a ser carbono neutral si avanzamos en procesos de captura del CO₂ generado en la fermentación”.
En los próximos 45 días, ALUR actualizará estas cifras. “La idea no es solo contar con números, sino comunicar de forma clara el impacto real de esta política en lo ambiental y en el posicionamiento de Uruguay en la transición energética”, concluyó Sadres
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