El presidente de FANCAP Gerardo Rodríguez, reveló que en oportunidad de la reunión que mantuvo su gremio con el presidente Luis Lacalle Pou, este reconoció que el fondo de la discusión sobre ANCAP, los combustibles, los precios y el monopolio estatal “era ideológico”, no técnico, y les dijo que “no está mal” que eso sea así, en lo que coincidieron.

El dirigente aseguró en una entrevista concedida a la FM M24, que FANCAP tienen la convicción de que el objetivo del oficialismo de desmonopolizar y privatizar ANCAP “no salió del horizonte” al haber sido quitado de la Ley de Urgente Consideración, sino que “va a volver” a ser colocado sobre la mesa por el gobierno. Sobre esto, Lacalle “nos dijo que por ahora no”, pero “no desconoció” la idea. “Ahí fue muy franco” reconoció.

BAJA DE COMBUSTIBLES SOLO SI SE QUITAN IMPUESTOS

En otra parte de la entrevista, Rodríguez se refirió a la intención del gobierno de ajustar los precios de los combustibles al llamado Precio de Paridad de Importación (PPI), lo que en teoría permitiría reducirlos. “No se puede bajar las tarifas si no se tocan los impuestos o los subsidios”.

El sindicalista recordó que “el mundo cambió” con la pandemia y otra vez “los capitales se retraen”, por lo que, ante la pregunta: “¿Cómo salimos de este frenazo?”, la respuesta evidente es “con inversión pública, y esto lo dicen los gobiernos de derecha y los organismos como el FMI”. Solo en la primera etapa, ese plan generaría “1.000 empleos directos e indirectos”.

Acerca de la viabilidad política de implementarlo dadas la orientación y el tono del gobierno, el presidente de FANCAP puntualizó que “no se trata de humor, hay concepciones ideológicas muy contrarias, se trata de hacer política” y esto supone “generar condiciones” que permitan abrir brecha.

“METODOLOGÍA DE URSEA ES ERRÓNEA”

En cuanto a “los precios de PPI”, reiteró una vez más y como ya lo había asegurado a Surtidores, que “la metodología de cálculo de la URSEA es errónea”.

Rodríguez mostró preocupación ante las formas que el gobierno pondrá en marcha para intentar quebrar el monopolio en torno a los combustibles y operar el desguace de ANCAP para su privatización y entrega a los capitales privados, incluyendo el complejo sucro-alcoholero construido por los gobiernos del Frente Amplio en torno a la explotación de la caña de azúcar y de ALUR.