Medidas regresivas
Los últimos cinco años han sido para los estacioneros uruguayos un “cuesta abajo” del que aún no han podido salir. Las medidas implementadas por ANCAP los obligó a endeudarse para evitar cierres y no dejar cientos de empleados en la calle
Por José Luis Ituño (desde Uruguay) Periodista Especializado en Combustible, Petróleo y Energía
El primer empujón hacia la pendiente lo recibieron en 2013 cuando el entonces directorio de ANCAP presidido por el controvertido Raúl Sendic (quien cuatro años más tarde renunciara a la vicepresidencia de la República acuciado por denuncias en su contra) resolvió unánimemente modificar la paramétrica, que en definitiva es el punto de “sociedad” entre ANCAP y los estacioneros, que en un mercado regulado como el uruguayo, deben trabajar justamente respetándose uno al otro. ANCAP no lo hizo valiéndose de su estatus de “socios mayoritario”.
Este primer quiebre –que originó un juicio masivo de los estacioneros uruguayos contra ANCAP y que aún sigue su trámite- hizo que los empresarios debieran hacerse cargo de una serie de gastos de la estación que en rigor debían ser compartidos entre ambos “socios” :ANCAP, el refinador monopólico, su distribuidora DUCSA, y el minorista o la boca de venta; el estacionero.
Esta Paramétrica de 2013 implicó en plata, una pérdida de rentabilidad promedio por estación de dos mil dólares.
SE JUNTAN LOS DOS GRANDES
Ya subidos a un coche sin frenos, circulando por una pendiente de 45 grados, los estacioneros uruguayos recibieron dos nuevos avisos: El partido podía terminar en cualquier momento. Esta vez la pelota estaba en manos de dos “grandes del barrio” ANCAP que anunciaba el congelamiento de margen del estacionero, y el Poder Ejecutivo, que anunció públicamente que el combustible pasaría a expenderse solamente con tarjeta de crédito, primero en horas nocturnas y en un corto plazo, las 24 horas del día, medida que terminaría por cerrar a muchas estaciones sobre todo del interior de la República, o de la periferia de Montevideo, con cientos de clientes pequeños que pagan en efectivo o que por diferentes situaciones sociales, familiares, laborales, etc. carecen de tarjetas.
En ese momento los estacioneros trancaron fuerte y la medida del uso de tarjetas solo se aplicó para las horas nocturnas. De todos modos, el porcentaje de quita por pago con Tarjeta de Crédito o Débito, también fue absorbido por los empresarios. Nuevamente uno de los “grandes” del barrio se salía con las suyas; el asunto del congelamiento del margen no tuvo marcha atrás.
Luego de la grave crisis de ANCAP, cuyas pérdidas se estima llegaron a los mil millones de dólares durante el anterior gobierno, el nuevo directorio del ente del combustible, tomó la decisión de rebajar el margen una vez más (ya estaba congelado) en un 10 por ciento
Para ejemplificar, el ingreso neto de una Estación de Servicio promedio es en Uruguay de aproximadamente unos 42 mil dólares, lo que arrojó hasta el mes de enero de 2017 un margen de unos 8 mil dólares (20 por ciento) cifra que bajó exactamente a la mitad (4 mil dólares) con la medida de rebaja del 10, adoptada por ANCAP en conjunto con el Poder Ejecutivo, situación aún más grave si se tiene en cuenta que en Uruguay muchas estaciones están a cargo de dos dueños, o sea que esa cifra debe dividirse entre dos.
Esta medida determinó que docenas de estacioneros definitivamente impactaran contra el muro al final de la bajada, debiendo acudir a préstamos e hipotecas para evitar el cierre de las estaciones y no dejar cientos de empleados en la calle.
La situación en Uruguay es crítica, inclusive ha habido anuncios del Presidente de la UNVENU en cuanto a la reducción de personal incorporando el autodespacho, algo que de implementarse dejará sin trabajo a mil pisteros (playeros), al menos.