Los últimos acontecimientos públicos en torno a doce sillas adquiridas por la empresa estatal ANCAP para su planta de refinación, a un costo aproximado de 90 mil pesos cada una, fueron foco de atención en casi toda la prensa en los últimos cuatro días.

Con respecto al punto de marras su presidenta la Ing. Marta Jara minimizó el hecho ante Montevideo Portal, al adelantar que el balance que el ente del petróleo presentará en unos días, muestra un ahorro de 25 millones de dólares en “temas operativos”.

Este asunto de la sillas (si se quiere muy menor) trae al tapete otra discusión que se está dando en este período “pre electoral” en cuanto al alto costo de los combustibles en Uruguay, ubicado en el lugar once del mundo y primero en el continente, con el precio más caro, abriéndose sendos debates sobre si “importar o refinar”.

COINCIDEN PRECANDIDATOS

Hasta el momento todos los precandidatos consultados por Surtidores sobre el tema (y otros no consultados pero que lo han manifestado públicamente) coinciden en que el combustible debe bajar de precio, un tema que definitivamente se ha colocado en la agenda política de cara a las elecciones nacionales.

Si bien la posición de refinar o importar difiere entre los precandidatos y más bien la tendencia es “tomar la decisión de acuerdo a la coyuntura del momento”, prácticamente todos coindicen en que –de resultar electos- buscarán los caminos para rebajarlos.

ENTREVERAR Y DAR DE NUEVO

La Federación de Trabajadores de ANCAP (Fancap) presentó un documento días pasados en el que justifica con números y análisis la baja del combustible un promedio de un 12 por ciento, porcentaje con el que varias fuentes del negocio del combustible han coincidido, y que en cierta forma nos emparejaría a otros países en materia de costos.

El referido documento en esencia habla de “sustituir” impuestos, reduciendo el IVA y el IMESI, pero aumentando el IRAE y el Impuesto al Patrimonio.

Esta especie de “entreverar y dar de nuevo” (solo con los impuestos) planteada por FANCAP, aseguraría -según el gremio-  bajar el combustible en el porcentaje aludido.

GREMIALES AGROPECUARIAS RECLAMAN 23% DE REBAJA

En rigor y si bien el combustible no tuvo su “clásica” suba del 1ro. de enero, tampoco aumentó, lo que fue interpretado por el gobierno como una “rebaja” en los precios, que se congelaron con respecto a 2018.

Esta interpretación fue relativizada por la oposición, que plantea la urgente baja de los combustibles, poniendo especial énfasis en el gas oil.

En 2018 las gremiales agropecuarias habían planteado una rebaja del Gas Oil de un 23 por ciento, llevándolo al precio paridad de importación (PPI), aduciendo que el combustible es uno de los insumos que mayor influencia tiene en el costo final de la cadena productiva.

PARA URSEA IMPORTAR ES UN 13 POR CIENTO MÁS BARATO

Por su parte al URSEA dio a conocer los guarismos del mes de enero, en los que compara el costo del combustible refinado en Uruguay, con el mismo elemento en caso de que se importara refinado.

Para el caso de la Nafta Super 95, que hoy cuesta en el Surtidor 55 pesos, si la misma hubiese sido importada en el mes de enero, su costo en la estación hubiese sido de 46 pesos (once pesos de diferencia) mientras que para el caso del Gas Oil, la diferencia hubiese sido de unos 6 pesos (costo del Gas Oil hoy 40 pesos contra 34 tomando el PPI).

El promedio del 12 por ciento planteado por FANCAP situaría a la Nafta Premium 95 en unos 48 pesos, prácticamente el mismo precio que el del PPI, con la diferencia de que la referida federación sostiene que ese precio sería alcanzable refinando en Uruguay con la sola readecuación de impuestos.

Si bien habrá que esperar a que pase este año electoral, para que los “zapallos se acomoden en el carro” parecería que la rebaja del combustible es casi un hecho en Uruguay.