Mercado desregulado
El proyecto presentado por el Poder Ejecutivo a la Asamblea General consta de 4 etapas, durante las que se deberán aplicar sucesivos cambios hasta llegar al PPI
Se inicia hoy el segundo año de gobierno de Luis Lacalle Pou, quien en su campaña electoral puso especial énfasis en el compromiso de bajar los combustibles en Uruguay, comenzando por el más productivo: el Gas Oil.
Apenas asumido, chocó contra una dura pared de cemento, ya que el gobierno saliente del Frente Amplio no aplicó el tradicional aumento de enero en 2020 (entre un 7 y un 10 por ciento) lo que lo hizo arrancar el período 1 a 0 abajo en el score.
Esta decisión de su antecesor Tabaré Vázquez, obligó a Lacalle a mantener los precios en el mismo rango que venían desde 2019, lo que según la ministra Azucena Arbeleche, impactó fuertemente en la economía al arranque de este gobierno agravado por la pandemia, casi desde el día “uno” de su asunción.
LEY DE URGENTE CONSIDERACIÓN
Con este primer capítulo a contracorriente, Lacalle enfrentó un segundo reto incluido en la LUC: la desmonopolización de ANCAP, punto que no obtuvo consenso entre sus socios “coalicionistas”, optando el legislativo por una nueva redacción mucho más “light”, en la que llama a buscar avances “hacia precios de combustibles que sean competitivos con la región y el mundo”.
Los argumentos esgrimidos por el Poder Ejecutivo en cuanto a una liberalización del mercado de los combustibles (que incluía la importación del producto ya refinado), se basaban en la teoría de que esta nueva modalidad comercial lograría una baja de los mismos por la lógica competencia entre las distribuidoras y la finalización de la regulación
Después de la discusión parlamentaria, se acordó por mayoría, que los refinados por ANCAP en Uruguay debían -al menos- estar a la par del denominado “Precio Paridad de Importación”, o sea éstos deberán llegar al surtidor al mismo precio que costarían si fueran importados, para lo cual el Poder Ejecutivo estableció sucesivas etapas.
CAMBIOS PROGRESIVOS HASTA EL PPI
De acuerdo al último PPI publicado por URSEA (enero 2021) por ejemplo un litro de Nafta Super 95 debería costar 57 pesos mientras que en el caso del Gas Oil su precio debería ser hoy de $ 36.80 (en ambos casos se incluyen impuestos, biocombustibles y distribución).
En este nuevo escenario con una URSEA llevada al rango de servicio descentralizado dependiente del MIEM y como regulador del mercado, el proceso -según los presentó el Poder Ejecutivo a la Asamblea General- consta de 4 etapas, durante las que se deberán aplicar sucesivos cambios hasta llegar al PPI.
ETAPA “UNO”: SUBSIDIO NUEVAS ESTACIONES
Esta etapa -como se dijo en Surtidores- establece que en unos 40 días deberá comenzar a regir el precio que apruebe el Poder Ejecutivo, en base al PPI de URSEA, más un margen o sobreprecio (X en la paramétrica) por producto, que la ley instruye deberá ir disminuyendo en un plazo de 3 años, cuando la última etapa se aplique.
Por otra parte, esta primera etapa, establece que entre el precio de planta ANCAP y el máximo en el surtidor, se establecerá un precio intermedio máximo transitorio, que deberán aplicar las distribuidoras a los operadores (estacioneros), determinado por la URSEA y que se mantendrá hasta el comienzo de la Etapa 2.
Otra particularidad que cobraría vigencia en el período de marras, es la habilitación al Poder Ejecutivo a subsidiar instalaciones alejadas del interior del país, que puedan estar hoy desabastecidas.
ETAPA “DOS” FLETES A CARGO DE DISTRIBUIDORAS
Una segunda etapa -según el proyecto del Poder Ejecutivo- entraría en vigencia el 10 de enero de 2022, cuando ya comenzaría a regir el precio máximo intermedio, fijado por la URSEA, al que las distribuidoras deberán comercializar el combustible a las EE.SS.
En ésta, serán las distribuidoras las que comenzarán a hacerse cargo de los fletes en todo el país negociando directamente con la Unión de Transportistas de Carga de Combustible.
Los fletes hasta el 10 de enero de 2022, siguen siendo absorbidos por ANCAP a un único precio el Km. que representa el 1 por ciento del costo del litro transportado, independientemente si es a Bella Unión o a Florida (www.ancap.com.uy/2147/1/composicion-de-precio-y-comparacion-ursea.html).
ETAPA “TRES” NUEVAS BOCAS Y GRANDES CONSUMIDORES
Unas de las novedades de la etapa 3 y que según el documento entraría en vigencia el 1ro. de enero de 2023, es la posibilidad de que las estaciones puedan cambiar de sello al término de sus contratos con las distribuidoras, con el convencimiento que esta negociación beneficiará a los estacioneros, que podrán buscar mejores condiciones y/o mayor apoyo del nuevo sello. La legislación hoy no autoriza esta alternativa.
Un capítulo que ha encontrado cierto rechazo de los socios de la coalición, es el que tiene que ver con la posibilidad de que los denominados “grandes consumidores” puedan adquirir el combustible a través de negociaciones directas con las distribuidoras, lo que según algunos legisladores haría saltearse a las Estaciones de Servicio negándoles sus márgenes.
Otra eventualidad que cobraría vigencia el 1ro. de enero de 2023, es que las tres distribuidoras mayoritarias (DUCSA, DISA y AXION) podrían pasar de operar hasta 7 estaciones cada una (hoy la ley las autoriza hasta 4), una medida que tiene el rechazo de la UNVENU.
ETAPA “CUATRO”: RÉGIMEN LIBRE
Por último, el proyecto establece una cuarta etapa, que podría entrar en vigencia en 2024 (aunque aún carece de fecha cierta) en la que se eliminaría el precio máximo en el surtidor, dejándose librada esta parte de la composición del costo del combustible a las fluctuaciones del mercado y a la capacidad de negociación de cada sello, pasándose a un régimen de “libre mercado”.
El Poder Ejecutivo solo aprobaría el precio en “planta de distribución” de ANCAP (hoy para la Nafta Supero 95 y es de $ 20.43 el litro).
La salvedad es que en caso de que la URSEA constatara “abusos, prácticas anticompetitivas o posiciones dominantes” podría “per se” marcar precios máximos provisorios, revisables.
Esta alternativa, por ejemplo, podría mostrar un escenario bien diferente en Uruguay, en el que un litro de Nafta Súper o de cualquier otro producto, podría costar en una estación 3 o 4 pesos más o menos que la de la otra cuadra (algo similar a lo que ocurre en Brasil).
La nafta Súper debería llegar al surtidor a 57 pesos el litro, mientras que el Gas Oil haría lo propio, hasta alcanzar los 36.80 pesos.
La URSEA seguirá criterios internacionales para fijar el PPI, en base a mercados ya establecidos.
Se incorpora un nuevo concepto, el de las “Estaciones de Bandera Blanca”