A un día de la finalización del mes de abril, la situación a nivel internacional con el precio del barril Brent (utilizado para refinar el combustible en Uruguay) sigue siendo de incertidumbre.

Mientras que el cierre de la cotización al mes de marzo fue de unos 64 dólares el barril, ayer miércoles 28 de abril llegó hasta los 67 dólares, registrando un aumento con respecto al mes anterior (promedio) de un 4 por ciento aproximadamente.

El crudo (entre otros) es el elemento de mayor impacto en el PPI que deberá entregar la URSEA en mayo al Poder Ejecutivo para definir el precio de los combustibles.

PRIMERA DECISIÓN BAJO LA LUC

El primer antecedente de la nueva reglamentación emanada de la LUC en el tema combustibles, se marcó a comienzos de abril, cuando todo hacía suponer que éstos aumentarían aproximadamente un 10 por ciento (al menos esas eran las recomendaciones del equipo económico), aunque por decisión del propio presidente Luis Lacalle Pou y considerando el agravamiento de la situación ante el COVID 19, se decidió mantener los precios que para el caso del gas oil, es el mismo de hace tres años atrás: $ 40,40.

En este escenario el propio presidente de ANCAP, Alejandro Stipanicic advirtió en nota a Radio Universal “que a este ritmo la empresa tendrá que salir a pedir plata prestada” con pérdidas millonarias para el ente, cuyos ingresos en “ex refinería” según el último PPI de URSEA, están por debajo del costo.

EL GOBIERNO DEBERÁ OPTAR

El PPI de URSEA marca que el costo ANCAP en ex planta, incluyendo agrocombustibles debería ser de $ 27.3, aunque hoy recibe solamente $ 20.18 (https://www.ancap.com.uy/2147/1/composicion-de-precio-y-comparacion-ursea.html), lo que marca una diferencia de casi 7 pesos por litro que debe absorber ANCAP.

La gran incógnita ahora, se develará en los próximos días cuando el gobierno deberá elegir entre seguir resignando unos 30 millones de dólares mensuales como forma de subvencionar el combustible u optar por una suba que debería rondar el 11 por ciento.