Lunes, 02 de marzo 2020

Ley de Urgente Consideración

De liberalizarse distribución secundaria del combustible, corre riesgo la estabilidad de 250 Estaciones de Servicio

Podrían perderse cuatro mil fuentes de trabajo en el sector.

De liberalizarse distribución secundaria del combustible, corre riesgo la estabilidad de 250 Estaciones de Servicio
De reducirse la rentabilidad, los estacioneros estarían obligados a disminuir la mano de obra
Por Surtidores

Ayer quedó investido como Presidente de la República Luis Lacalle Pou, quien a lo largo de su extensa campaña, hizo importantes anuncios en torno al tema del combustible, que esperaba aplicar en caso de asumir la primera magistratura, que como decíamos, ocurrió en la jornada pasada.

La idea del presidente Lacalle, desde las internas de junio fue la de bajar el costo de los combustibles en Uruguay, con propuestas como la incluida en el documento “Shock de Competitividad” que presentara en el mes de abril de 2019 en Kibón.

El programa denominado “Las Empresas Públicas como Instrumento de Desarrollo – Política Energética” (Pág. 32 del documento de Kibón), planteaba la “desregulación de la importación, distribución y comercialización del combustible, liberándolo gradualmente a la competencia”.

Paralelamente a esta idea que data de casi un año atrás, el presidente se ha manifestado en cuanto a que los combustibles deben bajar de precio y para ello entiende que debe liberalizarse el mercado e ir hacia la libre competencia.

CONGELAMIENTO DE TARIFAS

En el mes de diciembre el tablero se sacudió, cuando el Ministro de Industria anunció que las tarifas del combustible no tendrían el tradicional aumento de enero, desfasándolos un 10 por ciento del precio que deberían haber sido marcados, una medida que tiró por tierra todos los posibles ajustes a la baja, planificados por Lacalle y Arbeleche.

El anuncio de Monsechi de congelamiento, hizo que las promesas de baja de tarifas quedaran por el momento en suspenso, inclusive con anuncios de inminentes ajustes, algo que el gobierno no quería.

Con el anuncio de ANCAP del jueves pasado, en cuanto a una ganancia de 39 millones de dólares (49 millones menos que en 2018), quedó demostrado que la medida de “aguantar” el precio de los combustibles por más de un año, repercutió fuertemente en las ganancias de la petrolera estatal, tradicionalmente la mayor fuente de recaudación del gobierno central.

LAS DOS LIBERALIZACIONES

La propuesta de liberalizar el mercado de los combustibles y derogar el monopolio de ANCAP, incluida en la Ley de Urgente Consideración, prácticamente ha quedado en “una idea”, en la medida de que todos los socios de la coalición han manifestado no estar de acuerdo y aunque nada impide a Lacalle mandar la LUC con este artículo incluido, seguramente no encuentre eco en los “coalicionistas” en el Parlamento.

En los últimos días surgió una nueva idea, en este caso manifestada por el ministro Omar Paganini (Industria y Energía) a los gremialistas de la UTTC (Unión Trabajadores Transportistas de Carga de Combustible), y que diera cuenta Surtidores en exclusiva el pasado 21 de febrero.

Paganini planteó a los transportistas su idea de liberalizar el precio del combustible a partir de la puerta de la planta La Tablada, pero regulando el precio en el surtidor.

Esta nueva manera de distribución secundaria habilitaría a que las Distribuidoras (sellos) marcaran el precio del combustible de acuerdo a sus criterios comerciales (hoy el margen regulado de las distribuidoras es de $ 1.18 por litro), con la particularidad que, si este precio tuviera un incremento, el mismo debería ser absorbido por los estacioneros de su margen, al no poder traspasarlo al surtidor por el precio regulado.

PÉRDIDA DEL 80 POR CIENTO DEL MARGEN

Por ejemplo, si una distribuidora decidiera incrementar en un peso su margen, este se marcaría en $ 2.18 por litro (un peso más que hoy), que se restaría del margen del estacionero (acotado por la regulación).

Si tomamos una estación “tipo” con una venta mensual de combustible de unos 300 mil litros, entonces cedería de su margen $ 300 mil a la distribuidora (U$S 8.000).

Fuentes del sector consultadas por Surtidores, señalaron que si a una estación con una venta mensual de 300 m3 (300 mil litros) de combustible se le deducen 8 mil dólares del margen, prácticamente se le quita más del 80 por ciento del ingreso, lo que según la fuente “obligaría a los estacioneros a tomar medidas como por ejemplo la reducción de la mano de obra a la mitad para mantener la estación abierta”.

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