Cae la rentabilidad por la venta de combustibles
Advierte que cubrir el presupuesto de una estación sobrepasa el 90 por ciento del margen bruto.
El Directorio de URSEA aprobó la resolución N° 236/021 referente al Precio Máximo Intermedio Transitorio (PMIT) referido a los suministros de combustibles líquidos de las distribuidoras mayoristas a las Estaciones de Servicio de su red, en el que la nafta súper 95 se entregará a “pie de camión” a $ 62.75 el litro mientras que el gas oil será descargado en los establecimientos a $ 43.37 cada litro.
Este nuevo escenario tiene para los estacioneros -último eslabón en la distribución y la cara más visible del negocio- algunos interrogantes que el sector espera vayan arrojando definiciones a medida que los cambios se procesen y se estabilicen.
IMPACTO EN EL BOLSILLO DEL ESTACIONERO
Surtidores conversó con Daniel Añón, presidente de la gremial de estacioneros, UNVENU, propietario de la ANCAP ubicada en Rambla y Amazonas, quien explicó algunas situaciones de las que no se difunden, pero que en definitiva terminan impactando directamente en el bolsillo de los empresarios.
“Tomando el ejemplo de una estación que vende 300.000 litro al mes de combustible, esta tendría un margen bruto de $ 2.000.000 aproximadamente, de los que la mitad representa el rubro salarios y leyes sociales (BPS), otro 20 por ciento corresponde al alquiler mientras que un 8 por ciento, es lo que cobran las tarjetas de crédito y débito” dijo el directivo.
TODOS LOS INSUMOS SALEN DEL MARGEN
Estos costos fijos representan hoy casi un 80 por ciento del margen de ganancia del estacionero, “porcentaje al que deben sumársele todos los demás gastos (UTE, OSE, ANTEL, revisión de tanques, pagos al LATU, impuestos, rollo y alquiler de POS, servicios de seguridad, etc)” explicó Añón.
El directivo de UNVENU, reveló que la utilidad de las tarjetas hoy supera a la ganancia citando el ejemplo de su propia estación: “Acá se venden unos 200 mil litros de combustible con tarjeta, lo que le representa solamente a los bancos y emisores del plástico, un beneficio de $ 155.000, cifra que está por encima del margen de renta neta que queda al estacionero”, detalló.
Advierte que “sería el acabose de los estacioneros como sucedió en Chile, donde solo el 8 por ciento de los establecimientos son propiedad de particulares”.
“Gravámenes sobre las gasolinas para subvencionar pérdidas del portland es una situación que debe revisarse”, expresó.
Añón: “Con todas los gastos, más las rebajas del margen, el empresario que invierte en su estación montos millonarios, es el que menos cobra”