El indicador del crecimiento en la venta del combustible en Uruguay, nuevamente fue tomado como ejemplo por la Ministra Azucena Arbeleche en su mensaje del martes.

La secretaria de Estado señaló en una parte de su discurso que Uruguay está mostrando “señales positivas” de recuperación, al tiempo que expresó que “hay indicadores económicos y de expectativas a nivel interno que indican que lo peor (de la crisis) habría quedado atrás” entre ellos mencionó la mejora en la demanda de combustibles.

LENTA RECUPERACIÓN

Luego de 4 meses de caídas abruptas con bajas de hasta un 80 por ciento en la demanda durante los primeros meses de la pandemia, a partir del mes de agosto el mercado comenzó una leve alza, hasta situarse hoy en números alentadores en la venta de todos los productos derivados del petróleo.

Esta particularidad se vio reflejada también en las calles. En los meses de marzo, abril y mayo, a influjo de la campaña “Quedáte en Casa” el movimiento de vehículos fue prácticamente nulo, lo que se agravó después de las 21.00 cuando las calles de la capital se transformaron en “pueblos fantasmas”.                                                                                                                    

El paisaje fue cambiando lentamente en la medida de que los uruguayos aprendimos a vivir normalmente en pandemia, (inclusive con un crecimiento paulatino alarmante del COVID 19 en los meses subsiguientes), algo que al comienzo de la pandemia nos había aterrado, impactando negativamente en el indicador del combustible, porque la gente sencillamente no usaba sus vehículos.

SIN CORTAR EL CABLE ROJO

Ya estabilizada la venta de combustible, Uruguay se enfrenta ahora a una “nueva normalidad” en este negocio, en la que la histórica regulación de su precio (único para todo el país y con subas bianuales) dejará paso a un nuevo cálculo basado en una serie de indicadores internacionales, a través de la URSEA (petróleo Brent del Golfo de México), con la particularidad de que el valor de los combustibles podrían variar de un mes a otro tanto a la baja como a la suba dependiendo de las fluctuaciones del mercado internacional.

Se ha anunciado que el precio actual se mantendría hasta el mes de abril, cuando ya se ajustaría de acuerdo al nuevo régimen de cálculo mensual.

¿POR QUÉ PARTE DE LA TELA SE EMPEZARÁ?

La gran incógnita es saber que parte de “la tela” comenzará a cortar el gobierno para cumplir con las promesas del presidente Lacalle, en cuanto a la baja de los combustibles.

En este sentido todas las fichas se han puesto al PPI (legisladores y gobierno), pero lo que nadie ha dicho aún es ¿cómo se llegará a este precio, sin cortar ningún cable rojo?

Para citar un ejemplo, en el mes de diciembre la URSEA estableció que el Precio Paridad de Importación de la Nafta Súper 95, se situaba en $ 45.90 (este precio no incluye la distribución que representa unos 9 pesos), lo que terminaría con un final al público en base al PPI de unos 55 pesos, tres pesos con 40 menos de lo que vale hoy.

¿El punto es de donde van a bajar esos 3 pesos con 40? Porque la LUC es clara: “El precio del combustible debe equipararse al del PPI”