Mantener en perfectas condiciones de funcionamiento todo el sistema de intersección de hidrocarburos, es una de las principales características del nuevo servicio que la empresa ARPEC ha comenzado a prestar, especialmente pensado para prevenir la contaminación (por residuos contaminantes o agua) en los tanques subterráneos de combustible de las Estaciones de Servicio.

Tal cual lo definió Daniel Perchman CEO de ARPEC, “la idea es tratar de actuar cada día más en forma preventiva”. El ejecutivo dijo a Surtidores que si bien hoy la gran mayoría de los estacioneros requieren los servicios de limpieza  de tanques, lo hacen a consecuencia de haber constatado una posible contaminación o ante presunción de la misma “con lo que el gasto termina siendo mayor para el mismo” dijo.

CORROSIÓN DE LOS TANQUES

“A partir de esto y pensando en abatir costos en esta materia, ARPEC puso a disposición un camión totalmente equipado a tales fines, con el que ya hemos comenzado a ofrecer este nuevo servicio de limpieza de tanques en forma preventiva y metódica,  con la regularidad que se requiera para cada tipo y tamaño de estación” dijo el entrevistado a Surtidores. “De esta forma estamos tratando de evitar los colapsos de contaminación o situaciones que pueden resultar en perjuicios para los vehículos” agregó.

Por su parte el Ing. Químico Bruno Gualtieri –responsable técnico de la empresa- señaló que “con el tiempo los tanques subterráneos van juntando sedimentos propios de los hidrocarburos y de la corrosión del metal, que podrían minimizarse con una limpieza periódica preventiva, sin que deba llegarse a extremos de contaminación del combustible y del medio ambiente”.

ABONO A LA MEDIDA DE LA ESTACIÓN

Con respecto al costo del abono, Perchman relativizó el mismo en función de la Estación de Servicio, cantidad de tanques, periodicidad del service, etc. aunque fue enfático al asegurar que en toda instancia siempre será mucho más barato que actuar en reacción a determinada situación contaminante.

“La realidad es que el camión no ha parado desde que comenzara a funcionar unos 60 días atrás, constatándose mayor actividad en los trabajos reactivos que preventivos, cuando el problema ya está instalado en los tanques” agregó Perchman.

Barro, hidrocarburos y agua contaminada, son algunos elementos que en general se encuentran en los tanques según narra Gualtieri. El profesional destacó que la principal tarea que debe llevarse a cabo en la estación por parte del operador, es la revisación diaria del agua sedimentada en el fondo de los tanques. Para este procedimiento se usan los denominados “medidores de fondo, una probeta de metal que se abre al tomar contacto con el fondo del tanque, obteniendo una muestra bien representativa de esa zona que es donde acumula el agua (por su peso), el sedimento y la bacteria”.

A PARTIR DE 12 CENTÍMETROS

Un detalle no menor –según narró Gualtieri- es que las normas internacionales establecen que la succión de los tanques debe colocarse a 12 cms. del fondo, porque justamente es a partir de allí “donde se acumulan todos estos elementos que narraba al comienzo que contaminan el combustible”.

“Los sistemas que actualmente usamos para este servicio de abono de limpieza de tanques, tiene dos operaciones que en general trabajan en coordinación; por un lado la limpieza del fondo con aspiradoras especiales y por otro lado sistemas de `diálisis´ que van filtrando el combustible”.

BIOCOMBUSTIBLES, HABITAT IDEAL PARA LAS BACTERIAS

Un capítulo sobre el que Gualtieri reflexionó en base a su experiencia, tiene que ver con el adicionado de biocombustibles, que ofrecen un ecosistema ideal para que las bacterias se desarrollen en mayor proporción que con los combustibles comunes. “Se constata la aparición más tempranera de óxido y en mayores cantidades que lo normal, lo que termina por acelerar la velocidad de corrosión con la disminución de la vida útil del tanque”.

Para el profesional la aparición de los biocombustibles ha llevado a eliminar el agua en forma obligatoria, porque precisamente este elemento favorece a mantener con vida de las bacterias que luego  actúan sobre el tanque.

“Los anteriores combustibles incorporaban bactericidas naturales, pero ahora los agregados orgánicos (aceites, alcohol derivado de la caña de azúcar, etc.) hacen proliferar las bacterias, que buscan el agua como hábitat natural para crecer y de la que toman todos los alimentos”, concluyó el especialista.