Sin oposición a la vista
Aunque en 2018 se achicó la brecha entre “refinar o importar” la diferencia sigue promediando los 10 pesos por litro.
Uruguay está entre los países que refinan sus combustibles a través de las cinco Plantas que ANCAP posee en todo el territorio nacional (Montevideo, Paysandú, Treinta y Tres, Durazno y Juan Lacaze) y precisamente esta modalidad (la refinación) ha sido objeto de críticas por parte de mucho sectores de la oposición, que surtidoresuy.com ha publicado en anteriores ediciones.
Fundamentalmente desde el Partido Nacional, se han escuchado alternativas a la refinación con argumentos que sostienen que la importación de combustible ya refinado abarataría el costo del mismo.
La Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua, es el organismo que mes a mes efectúa una hipótesis que compara los precios del combustible refinado en Uruguay con el importado a través de lo que se denomina “Precio Paridad de Importación” (PPI), un ejercicio teórico que consiste en calcular el precio en el mercado local de productos terminados de similar calidad a la de los producidos por ANCAP, en la hipótesis de que los mismos puedan ser importados libremente.
ULTIMO BIMESTRE DEL 2018
Los comparativos de la URSEA muestran en el último bimestre de 2018 el costo del combustible importado con una leve ventaja sobre el refinado en Uruguay, que en diciembre (según datos de URSEA) tuvo una retracción de 2 pesos por litro en promedio.
Por ejemplo en el mes de noviembre de 2018 importar un litro de nafta Súper hubiese costado a ANCAP 46.4 pesos, mientras que el mismo tipo de nafta en diciembre bajaba a 44.6 pesos. Teniendo en cuenta el precio de este producto en Uruguay de $ 55.- se marcó una diferencia de 10 pesos con 4 centésimos a favor del combustible importado. En el caso del Gas Oil 50S la diferencia fue de 3 pesos a favor del importado.
A pesar de los guarismos de noviembre y diciembre, en todo el 2018 la brecha entre el precio en el surtidor y el de paridad de importación se ha venido reduciendo.
CERO PROBLEMA
Según se señaló en un taller informativo para periodistas organizado por ANCAP en 2018, si el Poder Ejecutivo decidiera liberar la importación de combustibles, la petrolera tiene «cero problema» con ello, aunque aseguraron que “probablemente nadie se arriesgaría a ingresar al mercado a competirle”.
Los principales cuestionamientos de Ancap a la metodología de la Ursea son que el organismo regulador imputa un IVA menor que el que es y no toma en cuenta los gastos de administración y ventas que tendría el eventual importador, además de cuestionarse el ente “si otro agente puede capturar toda esa eficiencia que plantea la Ursea en el comparativo”.
Si se liberara la importación de combustibles (y se mantuvieran los parámetros de que el precio lo fija el Poder Ejecutivo y la mezcla de biocombustibles debe ser con un proveedor nacional), ¿vendría un competidor? Esa es la pregunta que queda en suspenso.
Cree en un regulador técnico independiente que marque precios del combustible. Si sube petróleo, los resultados de ANCAP se apartarán de lo proyectado.
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