
Activar/Desactivar Leer Página
A oscuras y bajo el mar, un equipo de buzos busca resolver la falla que interrumpió la producción en La Teja, mientras la estatal garantizó que no habrá cortes ni ajustes de precios.
A 22 metros de profundidad, sin luz y a 2.5 millas de la costa de José Ignacio, un equipo mixto de 17 buzos, tres de ANCAP y 14 de la Armada Nacional, trabajan desde el viernes a contrarreloj en la reparación de la boya petrolera cuya falla obligó a detener la producción en la refinería de La Teja.
Según expresó Héctor de Cena, Submarinista Supervisor de la petrolera estatal, la maniobra se organiza desde el buque ANCAP Octavo, con trasbordo a una embarcación supply de 60 metros de eslora, que funciona como base de operaciones durante los días en que el clima permite avanzar en las inmersiones.
El origen de la contingencia se remonta al 3 de agosto, cuando durante el inicio del bombeo se detectó una fuga que obligó a interrumpir la descarga de crudo. El 17 de agosto, ANCAP resolvió suspender la producción en La Teja hasta resolver el problema, una decisión que generó preocupación en la cadena de distribución. No obstante, desde el primer momento el ente aseguró que las Estaciones de Servicio no verían afectado el suministro, ya que se reforzaron inventarios y se incrementaron las importaciones de combustibles refinados para garantizar el abastecimiento al mercado interno.
En este sentido, las tareas submarinas son descritas como una operación de precisión. Los buzos deben localizar y liberar un ducto de 36 pulgadas recubierto por una capa plástica, acceder al punto exacto de la pérdida y proceder con la reparación, todo ello en completa oscuridad.
El plan de trabajo fue diseñado a partir de intercambios técnicos con especialistas de Chile y Ecuador, y contempla equipamiento redundante. Cada buzo cuenta con traje seco y húmedo para adaptarse a las condiciones del agua.
Mientras los expertos avanzan bajo el mar, en superficie la conducción del ente energético buscó enviar un mensaje claro al sector minorista. La presidenta de ANCAP, Cecilia San Román, subrayó que, si bien la reparación implica un desafío técnico sin precedentes, la continuidad del abastecimiento está asegurada y los costos adicionales derivados de las importaciones serán absorbidos por la compañía.
El freno en la refinería, sin embargo, no deja de tener un fuerte impacto económico. Se estima que cada día de inactividad genera pérdidas cercanas a medio millón de dólares, lo que añade presión para completar las tareas en una ventana de tres a cuatro días de condiciones marítimas favorables. La operación, de todos modos, está sujeta a los caprichos del clima, lo que obliga a redoblar la planificación logística y a sostener un monitoreo permanente desde la cadena de distribución.
En paralelo, las autoridades reforzaron los protocolos de seguridad ante posibles incidentes de hidrocarburos en la costa. El 27 de agosto, en Montevideo, se realizará un simulacro de actuación para entrenar la respuesta ante la aparición de hidrocarburos en playas, informó el coordinador ejecutivo del CECOED de Maldonado, Mauricio Souza. El ejercicio se organizó pocos días después de que se registraron restos de hidrocarburos en las costas de dicho departamento, cuyo origen todavía fue aclarado.
DEJANOS TU COMENTARIO!